A medida que se intensifican las negociaciones sobre el clima en el camino a Copenhague, aparece en el centro de la atención una cuestión clave: la mitigación y cómo se reparte la carga de responsabilidades al respecto entre los países desarrollados y los países en desarrollo.
En este sentido, en los meses recién pasados se han planteado dudas acerca del presupuesto limitado de carbono del que dispone la Tierra y se ha sugerido que el uso de este espacio ambiental debería distribuirse de manera justa para hacer viable el desarrollo sustentable. Los temas de la responsabilidad histórica, la distribución justa de los esfuerzos y el pago de la deuda climática han sido puestos sobre la mesa por varios países en desarrollo, incluidos los Jefes de Estado de varios países latinoamericanos, Bolivia, Sri Lanka, China, Argelia y otros. Los pueblos indígenas y las organizaciones de la sociedad civil también han hecho hincapié en estos puntos. A continuación de este mensaje, y a manera de evidencia, hemos anexado declaraciones de varios gobiernos, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil.
Estos temas son claves para garantizar que haya equidad y justicia en cualquier acuerdo sobre el clima.
Nosotros, en la Red del Tercer Mundo, hemos tomado la iniciativa de preparar esta carta pública para recabar adhesiones de los miembros de la sociedad civil en todo el mundo y los movimientos sociales, en respaldo a la demanda de pago de la deuda climática y a favor de que estos reclamos ganen espacio en las negociaciones sobre el clima.
Adjuntamos entonces la carta denominada “Por el pago de la deuda climática” y una nota introductoria con mas detalles acerca la deuda climática.
Mientras las negociaciones sobre el cambio climático continúan, esperamos reunir la mayor cantidad de firmas de tantas organizaciones como sea posible, de modo de hacer circular la carta y poder influir en el desarrollo de las negociaciones.
Quedamos a la espera de vuestro apoyo a través de la adhesión a la carta.
Rogamos nos indiquen si podemos agregar el nombre de vuestra organización a las organizaciones firmantes, aclarando además el país donde se radica.
Agradecemos nos hagan llegar su adhesión a Yvonne Miller a: [email protected]
Desde ya muchas gracias por el apoyo que puedan darle a esta esfuerzo.
Meena Raman y Lim Li Lin
(Por el equipo de trabajo sobre el clima de la Red del Tercer Mundo )
Por el pago de la deuda climática
Un resultado justo y efectivo de Copenhague
Nosotros, los grupos y organizaciones abajo firmantes, incluyendo organizaciones de desarrollo, ambiente, genero, y juventud, comunidades religiosas, pueblos indígenas y movimientos para la justicia social y económica en África, Asia, América Latina y el Caribe, Europa y América del Norte, convocamos al mundo rico e industrializado a reconocer su responsabilidad histórica y actual por las causas y los efectos adversos del cambio climático, y a efectuar de manera completa, efectiva e inmediata el pago de la deuda climática que mantienen con los países, la gente y las comunidades pobres.
El cambio climático amenaza el equilibrio de la vida en el plantea. El nivel de los océanos está ascendiendo y sus aguas se están acidificando; las capas de hielo y los glaciares se están derritiendo; los bosques, los arrecifes de coral y otros ecosistemas se están deteriorando o colapsando. Corre peligro la propia existencia de algunas comunidades, en tanto otras enfrentan obstáculos cada vez mayores para su desarrollo. Estamos bajo la amenaza de una catástrofe climática que a menos que se logre revertir, implica riesgos cada vez mayores de fenómenos atmosféricos crecientemente violentos, colapso de los sistemas alimentarios, migraciones masivas y conflictos humanos sin precedentes.
Los pueblos, comunidades y países pobres han sido quienes menos han contribuido a las causas de este cambio climático, pero son sin embargo sus primeras víctimas y los más afectados. Quienes viven bajo el mayor riesgo son las mujeres, los pueblos indígenas, los pobres, los pequeños agricultores y campesinos, los pescadores artesanales y las comunidades de los bosques, los pueblos que cuentan con recursos escasos de agua, jóvenes y otros grupos vulnerables a los daños e impactos a la salud que generan de estos cambios.
En contraposición, es una minoría rica de países, empresas y personas en el mundo quienes son los principales causantes del cambio climático. Los países desarrollados representan menos de una quinta parte de la población del planeta y han emitido casi las tres cuartas partes de todas las emisiones históricas. Las emisiones excesivas de estos países tanto históricas como actuales, ocupan hoy la atmósfera y son la causa principal del calentamiento actual y del que ya está comprometido en el futuro.
Los países desarrollados han consumido más de la cuota justa que les corresponde del espacio atmosférico del planeta. Utilizando como medida base la población, son responsables de las emisiones históricas en una proporción 10 veces superior a la de los países en desarrollo. Sus emisiones por persona cuadruplican hoy las de los países en desarrollo.
Por su contribución desproporcionada a las causas y consecuencias del cambio climático, los países desarrollados mantienen una deuda climática doble con la mayoría pobre:
- Por sus emisiones excesivas históricas y actuales – al negarle a los países en desarrollo su cuota parte justa de espacio atmosférico- han contraído una “deuda de emisiones” con los países en desarrollo; y
- Por su contribución desproporcionada a los efectos del cambio climático -que obliga a los países en desarrollo a adaptarse a los impactos y daños crecientes del clima – han contraído una “deuda de adaptación” con los países en desarrollo.
La suma de estas deudas en su conjunto –deuda de emisiones mas deuda de adaptación- constituye la deuda climática, que es parte de una deuda económica, social y ecológica mayor que mantiene el mundo rico e industrializado con la mayoría pobre del planeta.
Cumplir con estas obligaciones no solo es lo correcto, sino que constituye la base justa y efectiva para una solución al cambio climático. Aquellos que más se beneficiaron al dar origen al cambio climático deben indemnizar a quienes han tenido la menor contribución al problema pero que son los que sufren sus peores efectos. Es obligación de los países ricos compensar a los países en desarrollo por la doble barrera que le han impuesto a su desarrollo: la mitigación y adaptación al cambio climático, que no fueron un problema para los países desarrollados en el transcurso de su propio proceso de desarrollo, pero del cual ellos son los causantes.
Los países desarrollados, sin embargo, pretenden que se les condone esta deuda en lugar de pagarla. En las negociaciones sobre el clima buscan pasar los costos sustanciales de la adaptación a los países en desarrollo; evadiendo y no saldando su deuda de adaptación. Y buscan seguir con su alto nivel de emisiones por persona; profundizando su deuda de emisiones en vez de pagarla, consumiendo espacio atmosférico adicional, y hacinando a la mayoría pobre del mundo en el ya pequeño y cada vez más constreñido espacio restante.
Estamos preocupados porque el consumo excesivo de espacio atmosférico que continúan teniendo los ricos del mundo a expensas de los pobres del mundo –que necesitan disponer de energía y recursos para la construcción de escuelas, viviendas e infraestructura que el mundo rico ya tiene y que sigue aprovechando- pone en riesgo las perspectivas de cualquier solución viable para el cambio climático, y de esta forma, la seguridad de todos los habitantes del planeta.
Para que el resultado de las negociaciones sobre el clima sea justo y efectivo es fundamental –y por lo tanto reclamamos—que los países desarrollados reconozcan y paguen en toda su amplitud la deuda climática que mantienen con los países en desarrollo, comenzando en Copenhague. Exhortamos a los países ricos a que:
- Paguen la deuda de adaptación que tienen con los países en desarrollo, comprometiéndose a tal efecto a financiar y compensar plenamente por los efectos negativos del cambio climático a todas las personas, grupos y países afectados;
- Paguen su deuda de emisiones con los países en desarrollo comprometiéndose a tal efecto a reducir sus emisiones nacionales tan drásticamente como sea posible, y comprometiéndose igualmente a una cantidad determinada de emisiones que refleje cabalmente la medida real de sus contribuciones excesivas históricas y presentes al cambio climático; y
- Pongan a disposición de los países en desarrollo la financiación y las tecnologías necesarias para cubrir los costos adicionales de la mitigación y adaptación al cambio climático, como lo estipula la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Satisfacer estas demandas es un prerrequisito básico para que la Conferencia de Copenhague en diciembre de 2009 sea un éxito. Esta Conferencia debe ser un punto de inflexión para la justicia climática –un pilar fundamental en el camino hacia la salvaguardia del sistema climático del planeta y para garantizar un futuro en el cual los derechos y aspiraciones de todos los pueblos puedan hacerse realidad.
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(Fin de la Carta para firmar; sigue información)
DECLARACIÓN DE LOS JEFES DE ESTADO DE BOLIVIA, CUBA, DOMINICA, HONDURAS, NICARAGUA Y VENEZUELA (DECLARACIÓN DE CUMANÁ)
En cuanto a la crisis del cambio climático, los países desarrollados tienen una deuda ecológica con el mundo ya que son responsables por el 70% de las emisiones históricas de carbono acumuladas en la atmósfera desde 1750.
Los países desarrollados, deudores con la humanidad y el planeta, deben aportar recursos significativos a un fondo para que los países en vías de desarrollo puedan emprender un modelo de crecimiento que no repita los graves impactos de la industrialización capitalista.
DISCURSO DEL MINISTRO DE MEDIO AMBIENTE DE SRI LANKA
El PICC informó que el 70% del calentamiento global se debe a la quema de combustibles fósiles. Que la contaminación por calor será la mayor catástrofe ambiental que jamás haya enfrentado la humanidad. Para que esto no suceda, el Panel nos sugiere un presupuesto de carbono (1456 billones de toneladas de carbono para todo el siglo). Sin embargo, este presupuesto se agotará en 2032 si nos aferramos al continuismo como hasta ahora.
Según el Presupuesto de Carbono del PICC, la cuota por persona ambientalmente admisible para el año 2009 es de 2.170 kg. En Sri Lanka cada persona emite 660 kg por año. En Estados Unidos y Canadá las emisiones son de 22.000 kg por persona. El promedio mundial es de 4.700 kg, que es el doble del nivel admisible. Esto significa que los países que son bajos emisores como nosotros no podríamos emitir más porque nuestro espacio ya ha sido explotado por los países desarrollados o contaminadores del mundo, sin nuestro consentimiento. Y lo que es más importante, también han explotado la cuota parte de las futuras generaciones. Si adoptamos los criterios científicos del PICC, estos llamados países desarrollados deben reducir sus niveles de emisión en al menos 70 o 90% para el año 2020. Por otra parte, mantienen una deuda ambiental con otros países a los cuales deben indemnizar estableciendo un fondo de adaptación. Ahora esos países desarrollados adoptan tácticas dilatorias, proponiendo metas a largo plazo (prometiendo una reducción de emisiones del 50% para 2050) cuyo cumplimiento será responsabilidad de sus hijos, y culpando al mundo en desarrollo por sus emisiones crecientes que hoy siguen estando muy por debajo del nivel admisible.
Si miramos lo que pasa en la región de la Asociación Sudasiática para la Cooperación Regional (SAARC por sus siglas en inglés), la región tiene una población que es casi un sexto de la población mundial, y un total de emisiones de CO2 cercano a 1.330 millones de toneladas por año, que equivale apenas al 3,7% de las emisiones totales del mundo.
Permítanme compartir con ustedes una información sobre la deuda de CO2 que mantienen los países desarrollados con la región del SAARC, estimada en consonancia con el informe sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) publicado por el PNUD en 2007/2008 y en base al principio de que los países que exceden el nivel de emisiones admisible de 2.1 toneladas por persona y año están privando de oportunidades a los países que tienen bajas emisiones así como a las futuras generaciones. Bangladesh tiene créditos disponibles del orden de los 486,33 millones de toneladas de CO2, en tanto que Sri Lanka dispone de 56,96 millones, Pakistán 481,75 millones, India 3.342,6 millones, Nepal 83,23 millones y Afganistán 80,12 millones.
Es necesario evaluar el costo tanto en términos de valor monetario como en los de un índice de medición de la “Deuda Ambiental” acumulada en el pasado, contraída por los países desarrollados con los países en desarrollo. Este índice podría utilizarse para estimar los impactos ambientales de las actividades de desarrollo de los países desarrollados que ya han causado el agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental, en términos de deuda ambiental para con las futuras generaciones tanto de los países en desarrollo como de los países desarrollados.
Para luchar contra el cambio climático necesitamos nuevos criterios para la reducción de las emisiones, fundados en el presupuesto de carbono del PICC, y se debe establecer un fondo de adaptación que estime y contemple el costo real del cambio climático. Debe crearse una institución que vigile el proceso y una nueva corte de justicia internacional en materia de cambio climático, ante la cual tengan que rendir cuentas los países deudores que no cumplan con sus obligaciones, de manera que se garantice la justicia ambiental.
Podemos definir el desarrollo sustentable como una nueva concepción de desarrollo que trata por igual a todos los seres vivos y comparte la riqueza de capital y la natural de manera igualitaria entre las generaciones presentes y futuras, a la vez que maximiza el bienestar y la felicidad de la humanidad. Ecológicamente sería el nuevo desarrollo que preserva el equilibrio dinámico del planeta a la vez que promueve la diversidad del Ecosistema.
PRESENTACIÓN DE BOLIVIA ANTE LA CMNUCC
Se debe pagar la deuda climática que mantienen los países desarrollados, y el pago debe comenzar con las resoluciones que se aprueben en Copenhague.
Los países en desarrollo no estamos buscando subvenciones económicas para resolver un problema que no hemos causado. Lo que reclamamos es el pago completo de la deuda que mantienen los países desarrollados con nuestros países, por amenazar la integridad del sistema climático de la Tierra, por consumir en exceso recursos compartidos que pertenecen de manera igualitaria y justa a todas las personas, y por mantener estilos de vida que siguen amenazando las vidas y las formas de sustento de la mayoría pobre de la población del planeta. Esta deuda deben pagarla liberando espacio ambiental para los países en desarrollo y en particular para las comunidades más pobres.
No hay solución viable al cambio climático que sea efectiva si no es equitativa. Las reducciones drásticas de las emisiones por parte de los países desarrollados son una condición necesaria para estabilizar el clima de la Tierra. También lo es la concreción de transferencias de tecnologías y recursos financieros de mucha mayor magnitud que las que se han considerado hasta ahora, para que podamos frenar las emisiones en los países en desarrollo y para que podamos ejercer nuestros derechos al desarrollo y cumplir con las prioridades fundamentales de erradicación de la pobreza y de desarrollo económico y social. Cualquier solución que no garantice una distribución equitativa de la capacidad limitada de la Tierra de absorber gases de efecto invernadero, así como los costos de mitigación y adaptación al cambio climático, está destinada al fracaso.
DECLARACIÓN DE ANCHORAGE
ACORDADA POR CONSENSO POR LOS PARTICIPANTES DE LA CUMBRE MUNDIAL DE PUEBLOS INDÍGENAS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO, ANCHORAGE, ALASKA, 24 DE ABRIL DE 2009
Convocamos a las Partes de la CMNUCC a reconocer la importancia del Conocimiento Tradicional y las prácticas compartidas de los Pueblos Indígenas en el desarrollo de las estrategias para enfrentar el cambio climático. En el abordaje del cambio climático llamamos también a la CMNUCC a reconocer la deuda histórica y ecológica que mantienen los Países del Anexo 1 por su contribución a la emisión de gases de efecto invernadero. Exigimos que estos países honren la deuda histórica que han generado.
DECLARACIÓN DE LA ALIZANZA PANAFRICANA POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA (63 ONG DE TODA ÁFRICA)
Nosotros, integrantes de la Alianza Panafricana por la Justicia Climática (Pan-African Climate Justice Alliance –PACJA), representando a 63 organizaciones de la sociedad Civil de todo el continente, llamamos a realizar un acuerdo mundial justo y equitativo para dar respuesta urgente al cambio climático.
PACJA considera que el cambio climático es fundamentalmente un tema de justicia. Los 53 países africanos son responsables por menos del 4% de las emisiones mundiales y tienen más del 15% de la población mundial. Los países desarrollados han emitido casi tres cuartas partes de todas las emisiones históricas pero representan menos de un quinto de la población del planeta.
En función de sus emisiones excesivas, esta minoría rica se ha apropiado de la mayoría del espacio atmosférico de la Tierra, que pertenece de manera igualitaria a todos los habitantes y que debe ser justamente repartido. Por su contribución desproporcionada a las causas del cambio climático, al negarles a los países en desarrollo la cuota parte que justamente les corresponde de espacio atmosférico, los países desarrollados han contraído una “deuda de emisiones”.
Sus emisiones excesivas, a su vez, son la principal causa de los actuales efectos negativos que experimentan los países en desarrollo, en particular los países africanos. Por su contribución desproporcionada a los efectos del cambio climático, al causar costos y daños crecientes a nuestros países que ahora deben adaptarse al cambio climático, los países desarrollados han contraído una “deuda de adaptación”.
En conjunto, la suma de ambas deudas –la deuda de emisiones y la deuda de adaptación- constituye la deuda climática.
Las propuestas de los países desarrollados en las negociaciones sobre el clima son inadecuadas, tanto en materia de mitigación como de adaptación. Pretenden transferirle los costos de mitigación y adaptación a otros, eludiendo su responsabilidad de financiar los esfuerzos de respuesta del África al cambio climático.
También pretenden que su deuda les sea condonada en lugar de reducir sus emisiones, y continuar con los altos niveles de emisiones per cápita que hoy tienen. Esto no hace más que aumentar su deuda y negar espacio atmosférico a los países en desarrollo como los nuestros, pretendiendo que acepten apiñarse en el pequeño y crecientemente constreñido espacio restante.
Exhortamos por lo tanto a los países desarrollados a que paguen de manera completa, efectiva e inmediata la deuda climática que tienen con los países africanos.
En conclusión, en PACJA estamos profundamente convencidos de que satisfacer estas demandas es un prerrequisito básico para el éxito en la Conferencia de Copenhague en diciembre de 2009. La Conferencia debe transformarse en un punto de inflexión para la justicia climática –un pilar crucial en el camino hacia la estabilización del clima del planeta y en pos de garantizar los derechos y aspiraciones de todos los pueblos.
DECLARACIÓN DE LA CONFERENCIA SINDICAL TRABAJO Y MEDIO AMBIENTE EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La demanda de justicia climática parte de la base del reconocimiento de que los países industrializados tienen una inmensa deuda ambiental con los países del Sur, por el desarrollo que durante más de 150 años han tenido en base al abuso de los combustibles fósiles: gas, carbón y petróleo. En este caso se trata de una deuda climática, que por tanto deben pagar. La justicia climática sólo se alcanzará cuando los Estados ricos del Norte asuman esa deuda ambiental, lo que implica una reducción drástica y urgente de sus emisiones contaminantes, la viabilización de fondos a los países pobres para los procesos de mitigación y adaptación al cambio climático, y la transferencia de tecnologías “limpias” al Sur global para el desarrollo de procesos productivos ambientalmente sustentables.
11.11.11- Coalition of the Flemish North-South Movement, Belgium |
5Cs Human Rights Group, Nairobi, Kenya |
Acción Ecológica, Chile |
ActionAid International |
Africa Action, USA |
Alianza de Pueblos del Sur Acreedores de Deuda Ecologica |
Alianza por la Justicia Climática (Climate Justice Alliance), Chile |
Alliance for Global Justice |
Alliance of People’s Movement, India |
Almáciga Grupo de trabajo Intercultural, España, Colombia |
AMAN – Indigenous Peoples Alliance of the Archipelago, Indonesia |
American Jewish World Service (AJWS), USA |
Analysis, Dili, Timor-Leste |
Anti Debt Coalition (KAU), Indonesia |
Arid Lands Institute |
Asia Indigenous Peoples Pact (AIPP) |
Asia Indigenous Women’s Network (AIWN) |
Association for Taiwan Indigenous Peoples’ Policies (ATIPP) |
ATTAC – Argentina |
ATTAC – France |
ATTAC – Japan |
Australian Fair Trade and Investment Network |
Bali Collaboration on Climate Change |
BanglaPraxis, Bangladesh |
Berne Declaration, Switzerland |
Bharatiya Krishak Samaj, India |
Boro People’s Forum (BPF) |
CADPI (Centro Para La Autonomia Y Desarollo de los Pueblos Indigenas), Nicaragua |
Campagna per la Riforma della Banca Mondiale (CRBM), Italy |
Center for Human Rights and Development, Mongolia |
Centre for Civil Society Environmental Justice Project, South Africa |
Centre for Society and Religion, Sri Lanka |
Chile Sustentable, Chile |
Christian Aid, UK |
CIRUM Culture Identity and Resources Use Management, Vietnam |
CODE Consultancy on Development, Vietnam |
Community Research and Development Centre (CREDC), Nigeria |
Consumers Association of Penang, Malaysia |
Cordillera Peoples Alliance (CPA), Philippines |
Core Centre for Organisation Research and Education, India |
CREED Citizens’ alliance in Reforms for Equitable and Efficient Development, Pakistan |
Defendamos la Ciudad, Chile |
Defensores del Bosque Chileno |
Development Fund, Norway |
Down to Earth (DTE), Indonesia |
Eagle Clan Arawaks of Barbados and Guyana |
Earthlife Africa, South Africa |
Ecologistas en Acción, Spain |
Economic Justice and Development Organization (EJAD), Pakistan |
Economic Justice Network (EJN) of the Fellowship of Christian Councils, South Africa |
Economic Justice Network of FOCCISA, Southern Africa |
Environmental Investigation Agency, USA |
Environmental Rights Action, Nigeria |
Equity and Justice Working Group Bangladesh (Equitybd) |
FASE – Solidarity and Education, Brazil |
Federation of Indigenous and Tribal Peoples in Asia (FITPA) |
Fiscalía del Medio Ambiente (FIMA), Chile |
FOCO Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos, Argentina |
Focus on the Global South, Thailand |
Friends of the Earth International (with 77 member groups) |
Fundación Solon, Bolivia |
Global Exchange, USA |
Global Forest Coalition |
Global Youth Climate Movement |
Holy Spirit Missionary Sisters JPIC, USA |
IBON Europe |
IBON Foundation, Philippines |
Indian Confederation of Indigenous and Tribal Peoples North East Zone (ICITP-NEZ) |
Indian Social Action Forum (INSAF), India |
Indigenous Knowledge and Peoples (IKAP), Thailand |
Indigenous Peoples Caucus of the Greater Caribbean |
Indigenous Peoples Development Facilitators Forum (IPDFF) |
Indigenous Peoples’ Forum of North East India |
Indonesian Society for Social Transformation (INSIST), Yogyakarta, Indonesia |
Institute for Essential Services Reform (IESR), Indonesia |
International Forum on Globalization |
IWA (Indigenous World Association) |
Jeunes Volontaires pour l’Environnement- International, Togo |
Jubilee Debt Campaign, UK |
Jubilee Montana Network |
Jubilee South |
Jubilee South Africa |
Jubilee South-Asia/Pacific Movement on Debt and Development (JS APMDD) |
Jubilee USA |
Jubileo Sur-Americas |
Kediri Bersama Rakyat, Indonesia |
Labour, Health and Human Rights Development Centre, Nigeria |
La’o Hamutuk – Timor-Leste Institute for Development Monitoring |
LDC Watch, Global |
Maleya Foundation |
Marcha mundial de las Mujeres, México- Zona Centro |
Maryknoll Office for Global Concerns, USA |
Montagnard Foundation, Inc. |
Movimento pelas Serras e Águas de Minas, Minas Gerais, Brasil |
Mujeres para el Dialogo, A.C. |
Naga Women’s Union, Manipur |
National Alliance for Human rights and Social Justice (HR Alliance), Nepal |
National Fisheries Solidarity Movement Of Sri Lanka |
National Forum of Forest People & Forest Workers, India |
National Network of Indigenous Women |
NEPAD, Centrafrique |
Netherlands Centre for Indigenous Peoples |
New Economics Foundation, UK |
NGO Forum on the ADB |
Nicaragua Network, USA |
North East Alliance on Trade, Finance and Development, North East India |
Ocean Revolution |
Ole Siosiomaga Society Incorporated (OLSSI) in Samoa, the Pacific |
Oxfam International |
Pakistan Fisherfolk Forum |
Participatory Research & Action Network-PRAN, Bangladesh |
Pax Romana-IMCS Asia Pacific |
Philippine Rural Reconstruction Movement (PRRM), Philippines |
Practical Action UK |
Q’eqchi Council of Belize |
Rapa Nui Parliament |
REBRIP – Brazilian Network for the Integration of Peoples |
Red Nacional Género y Economía (REDGE) |
Red Wamani – (IMP) |
Resource Institute of Social Education-RISE, India |
RNDD Niger |
Rural Reconstruction Nepal (RRN), Nepal |
Rural Women’s Liberation Movement, India |
Rural Workers Movement, India |
Sarstoon Temash Institute for Indigenous Management (SATIIM) |
Sawit Watch, Indonesia |
Shimin Gaikou Centre (SGC), Japan |
Siembra, A.C. |
Society for Rural Education and Development |
Society for Threatened Peoples International |
Solidarity Workshop |
SONIA, Italie |
South Asia Alliance for Poverty Eradication (SAAPE), Nepal |
South Durban Community Environmental Alliance, South Africa |
SPERI, Vietnam |
Sustainable Development Institute (SDI), Liberia |
Sustainable Energy and Economy Network, USA |
Tamil Nadu Dalit Women’s Movement, India |
Tamil Nadu Women’s Forum, India |
TARA-Ping Pu, Taiwan |
TEBTEBBA – Indigenous Peoples’ International Centre for Policy Research & Education |
The European Network on Debt and Development (Eurodad) |
The Grassroots Policy Network (Columbia University School of International and Public Affairs), USA |
The Indigenous Environmental Network (IEN) |
The Right to Food Network (RtFN), Nepal |
The United Confederation of Taino People, Caribbean |
Third World Network |
Ulashi Sreejony Sangha (USS), Bangladesh |
Watch Indonesia! |
Women Environmental Conservation based in Uganda – Karamoja and other indigenous organizations |
Workers Centre, New Delhi, India |
World Development Movement (UK) |
World March of Women, Kenya |
World Rainforest Movement |
Yayasan Tanaman, Flores, Indonesia |
Zero Corruption Coalition, Nigeria |
Total number of endorsements as of 8 July 2009: 232
fin